

A pesar de que este segundo vestido supone incrementar tus gastos, su precio siempre será muy inferior al vestido de novia clásico y seguro que lo que te permitirá disfrutar, lo vale, por lo que las razones para contar con él tienen su peso.
Tanto si la boda se celebra por la Iglesia, como si se trata de una boda civil, la novia generalmente luce un bonito y elaborado vestido durante la ceremonia, casi siempre con largas e interminables colas nada manejables. Por tanto pensar en cambiarlo antes del banquete o justo después de bailar el correspondiente vals no es nada descabellado. Por un lado la novia se encontrará más cómoda, o lo que es lo mismo, podrá disfrutar mejor de la fiesta, y por otro lado el vestido de novia usado en la ceremonia no se estropeará, cosa que suele suceder en casi todas las ocasiones. Es prácticamente imposible bailar con un vestido de novia que tenga una cierta cola sin que algún invitado acabe pisándolo, o se acabe enganchando en cualquier parte. El resultado evidente es acabar con el vestido sucio y lleno de desgarros en la cola. Lo que es una verdadera lástima, sólo hay que pensar en lo que ha costado.
La elección de este segundo traje ya es algo muy personal y en su elección hay que tener en cuenta el tipo de ceremonia y el lugar donde se celebra. Puede ser un traje de fiesta, o un traje de noche en función de la hora a la que se vaya a celebrar el baile, puede ser sobrio si la ceremonia ha mantenido ese carácter, o puede presentar vivos colores. En cualquier caso, para su elección es necesario tener en cuenta que la novia tiene que bailar, caminar, y permanecer de pié durante un largo periodo de tiempo, por lo que el vestido debe ayudarle a cumplir esta misión.
No olvidéis que los zapatos y complementos al igual que el maquillaje deben estar también en consonancia con el nuevo traje.
Muchísimos besos a los próximos paerds!Y dile a Antón que se anime a salir, que la crisis está mal pero que no es para tanto, que puede enmadrarse tan pronto!!